DESIGUALDAD Y PENSIONES

En esta entrada me gustaría analizar los datos relacionados con el cobro de las pensiones en España y como ello puede ser muestra de la construccion de género llevada a cabo a lo largo de los tiempo en torno al trabajo. Como comenté en mi primer post, soy funcionaria del INSS, encargado de reconocer diversas pensiones a los contribuyentes de nuestro país. Pensiones que se generan en función de los periodos de tiempo trabajados y cotizados. Ello me permite ver cada día como el número de pensiones o la cuantía de las mismas varía según se trate de hombres o de mujeres. Concretamente, me encargo de reconocer pensiones de viudedad. También trabajo estrechamente con las de jubilación, ya que en la mayoría de los casos los fallecidos son jubilados. Para matizar más mi estudio he hecho uso de los datos aportados por el INE en su estudio "Mujer y Hombres en España" (https://www.inmujeres.gob.es/MujerCifras/EmpleoPrestaciones/PensionesContributivas.htm). Día a día recibo numerosas solicitudes de viuedad de toda España, sin embargo, me llama la atención el distinto número de solicitudes formuladas por mujeres frente a las presentadas por los hombres. Para que se pueda reconocer esta pensión será preciso (entre otro requisitos) que el fallecido o la fallecida fuera titular de un pensión o que hubiera cotizado durante 15 años. Pese a ciertas expcepciones, los casos más comunes de fallecimiento son las de hombres o mujeres de avanzada edad, es decir, pensionistas. Si el volumen de solicitudes me hacía sospechar que las mujeres tienen más viudedades reconocidas que los hombres, este estudio me permite confirmarlo. En España hay un total de 2.155.565 de mujeres titulares de una pensión de viudedad frente a 196.127 hombres. Sin embargo, si analizamos el número de mujeres titulares de la pensión de jubilación, estas pierden contra los hombres, 2.504.318 frente a 3.749.449 hombres titulares de pensiones de jubilación (menos tiempo cotizado, menos posibilidades de acceder a estas ultimas pensiones y, por lo tanto, menos posibilidades de que un hombre pudiese cobrar una viudedad). Como se mencionó, es necesario tener una pensión reconocida o haber cotizado 15 años. La construcción de género a lo largo de los tiempos nos llevaba a que la mujer por ser mujer tenía que cuidar a sus hijos, mientras que el marido iba a trabajar. Lo que supone que las mujeres se quedaran en casa sin trabajar y sin cotizar. Esto repercute en que hoy en día la mayoría de las mujeres no alcancen el tiempo mínimo exigido de 15 años para generar una viudedad o ni si quiera para tener derecho a una jubilación. Por lo que la mayoría de los hombres, casados con mujeres que no han trabajo no tengan derecho a una viudedad. Pero además, el estudio nos permite afianzar este rol de género. Y es que si nos vamos al estudio de importe medio de las pensiones contributivas según tipo de pensión se comprueba que el importe medio de cuantía percibidas por las mujeres es de 881,31€ frente a los 1318,97€. Además de no cotizar, muchas de las que sí lo hacían lo llevaban a cacbo en trabajos precarios o mal pagados, asimilados generalmente a la mujer, como la limpieza o puestos no directivos con sueldos inferiores, lo que influye finalmente en la cuantía de sus pensiones. Igualmente, si para determinar la cuantía de las pensiones se tienen en cuenta un gran número de años cotizados, se genera de nuevo un problema para las mujeres. Y es que el hecho de que por ser mujer debas de quedarte en casa al cuidado de tus hijos implica que durante el periodo de tiempo en que estos son menores las mujeres dejaban de trabajar por cuidar a sus hijos, interrumpiéndose los periodos de cotización y perjudicando finalmente las cuantías de sus pensiones. Podría mejorarse esta situación si se creara mayor incentivo en las empresas para contratar a mujeres en los periodos de embarazo, facilitar el trabajo desde otros lugares adecuados al embarazo o incluso que la ley no imponga un descanso obligatorio de 6 semanas posteriores al parto, cada mujer es un mundo y cada parto también, por lo que una mujer a los 2 días puede estar perfecta para trabajar y otra necesitará un periodo más largo. Con esta obligatoriedad impones a la mujer el quedarse en casa, pudiendo en muchos de los casos reincorporarse al mercado laboral y que sea el marido quien realice esa funcion. Si bien es cierto, la ley ha ido avanzando mucho hacía la igualdad y se prevén muchas medidas para acabar con este problema. Un ejemplo es el conocido complemento de brecha de género en el que se reconoce a las mujeres una cuantía adicional a su pensión por cada hijo.Sin embargo, aún queda mucho camino que recorrer para que haya una igualdad efectiva y que el trabajo de la mujer no esté condicionado al cuidado de los menores.

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